Todos los años por estas fechas abandonamos las luces, las plumas y la brillantina del asfalto para sumergirnos en los encantos de los carnavales rurales, que en Euskal Herria, además, tan variados y pintorescos se nos presentan. Este año os invitamos a conocer unos de los carnavales más bellos y auténticos de la llanada alavesa: los carnavales de Ilarduia , Egino y Andoin.
Antiguamente estos carnavales se celebraban por separado en estas tres poblaciones pertenecientes al municipio de Asparrena, pero la similitud entre los personajes y el celebrarse al mismo tiempo en pueblos tan pequeños les hizo unir esfuerzos para celebrar de modo conjunto el carnaval.
Fueron prohibidos durante la dictadura, al igual que otros muchos, pero a partir de 2007 y gracias a la investigación y laboriosa recogida de documentación oral y escrita de un grupo de enamorados de las tradiciones y la cultura, consiguieron recuperar estos carnavales. Sin duda, unos de los más bellos y auténticos de la Llanada Alavesa.
La celebración da comienzo en Ilarduia donde se construye el muñeco de paja, personaje en torno al que gira todo el carnaval. Allí se visten los porreros y el gran muñeco de paja es montado en un burro que al toque del cuerno se pone en marcha para llegar hasta Egino, acompañado de una curiosa comitiva. Los disfraces representados por grupos de mozos y mozas de los pueblos son: Gordos, Cubiertas, Ceniceros, Puntillas y Colores, además del oso que pasean encadenado de aquí para allá. La mayoría llevan los rostros tapados por máscaras, pañuelos, huesos o pinturas casi todos de color rojo o negro.
Cuando la comitiva llega a Egino hacen un alto para pasar al hombre de paja del burro a un carro. Después, Hay varios momentos dedicados al baile, aunque pronto los personajes comienzan a corretear entre la gente para azuzar con palos, escobas o vejigas e intentar cubrir de ceniza desde la cabeza a los pies a algún pardillo.
Es un momento de gran diversión, de gritos y algarabía. Es entonces cuando los vecinos y vecinas de Egino ofrecen una riquísima chocolatada acompañada de torrijas, ideal para recuperar fuerzas tras las emociones.
Al oscurecer se dirige la comitiva hacia Andoín, momento en el que se encienden las antorchas que dan un toque de autenticidad a lo que está por venir. El hombre de paja es juzgado en la plaza de Andoin… Por todos los males del mundo diría yo, y acaba siendo quemado en la hoguera mientras vecinos y extraños danzan entorno al fuego.
Como veis, los carnavales rurales de la Llanada Alavesa son sorprendentes y estos que nos ocupan una auténtica joya etnográfica con el hombre de paja como protagonista… Os invitamos a conocerlos, cada febrero.
¡No os los podéis perder!
Tan cerca de casa y nosotros sin conocerlos. Muy interesante, los tendremos en cuenta. Muchas gracias!!!!
Muy recomendables! Y los teneis cerquita! 🙂
Pues este domingo en Zalduondo, recomendable también.
No nos pilla muy a mano pero merece la pena para ir con los más txikis ya q no dura tanto y no hay q andar mucho.
Eskerrik asko, Unai!
Pasándolo bien en todo momento.