Te invitamos a recorrer las gargantas del río Tarn – Gorges du Tarn- en furgoneta o autocaravana, sabiendo que te conducimos a uno de los paisajes más espectaculares de Francia. Te prometemos un viaje inolvidable donde pueblos de caractère, miradores de infarto y un magnífico descenso en kayak por las aguas color esmeralda del río Tarn serán los protagonistas.
¡Vámonos a recorrer les Gorges du Tarn en furgoneta!
El río Tarn nace en el monte Lozére y desciende con un caudal impetuoso excavando un profundo cañón en la masa rocosa de las Grand Causses, el Causse Méjean y el Causse Sauveterre, acantilados que alcanzan los 500 m de altura. El cañón se situa a caballo entre los departamentos de La Lozére y Aveyron, en pleno corazón de la región de Occitania.
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Nuestra ruta por las gargantas del Tarn en furgoneta recorre el tramo más bonito y salvaje del cañón, situado entre los pueblos Quézac y Rozier, con un recorrido aproximado de 50 km.
Nuestra ruta da comienzo en Pont Quézac, atravesando este gran puente del siglo XIV construido con el fin de facilitar el acceso a los peregrinos de la colegiata y la Virgen Negra de Quézac arrancamos a recorrer la carretera D907 que serpentea por la vera del Tarn. Enseguida encontraremos un mirador a pie de carretera que nos brinda en la orilla de enfrente unas bonitas vistas sobre Castelbouc, un pequeño pueblo de caractère dispuesto en niveles en la ladera del acantilado. Vemos ya con envidia que varias personas se bañan en sus idílicas aguas color turquesa, pero aparcar o acceder con la camper a este pequeño pueblo es imposible, así que continuamos en ruta.
No se nos escapa una mirada y una foto a la preciosa siluesta recortada del château de Prades sobre la garganta, monumento histórico del siglo XIII que hoy es propiedad privada y aunque no se puede visitar bien merece un alto en el camino.
En breve llegamos a Saint Enimie un precioso pueblo clasificado como Plus beaux village de France– Pueblo más bonito de Francia- en el que además encontramos aparcamiento en su parte baja junto al río.
Hacemos un alto para dar un paseo y descubrir sus calles de piedra, sus plazoletas y la source de Burle, una surgencia kárstica con un color turquesa que hipnotiza y además es el punto de partida de la leyenda y orígen de esta villa.
LA LEYENDA DE SAINTE ENIMIE
Sainte Enimie, hija de rey de los Francos, encontró en las aguas de la Source de Burle el remedio a la terrible lepra que la devoraba. La princesa se instaló cerca de estas aguas beneficiosas y fundó una abadia que fue el orígen de la actual villa de Sainte Enimie.
Continuamos nuestra ruta para cruzar el magnífico puente de Saint Chely-du-Tarn, un minúsculo pueblo donde tuvímos la suerte de aparcar para disfrutar de uno de los baños más glamurosos de estas gargantas, bajo la fina cascada de Saint Chely y el moulin de Cénaret.
Saint Chelys cuenta con una preciosa playa artificial dentro de la garganta y las refrescantes cascadas bajo las que los nadadores unas veces y los kayakistas otras se remojan. Es un paisaje precioso, y aunque el pueblo no tenga más atractivo es suficiente para decir que es una parada que nadie debe perderse en esta ruta por las gargantas del Tarn en furgoneta.
Si como nosotros viajáis en verano, debéis saber que la playa tiene prácticamente toda la ladera arbolada y se puede comer a la sombra en las mesas de piedra del area de picnic.
Este pequeño pueblo nos encantó y su cascada nos hechizó de tal manera que salimos rumbo a La Malène al atardecer, no sin antes hacer una pausa en el camino aparcando al costado de la carretera para ver un pueblo que parece de cuento: Hauterives de Tarn, un pueblo colgado sobre la ladera del Causse Méjean que además cuenta con un castillo del siglo XII. El pueblo, que ostenta el título de Plus Beaux Villages de France, es tan escarpado como aislado, ya que solo es accesible en barca.
Llegamos a La Malène, «El corazón de Occitania» y un precioso pueblo de casas de piedra y tejados de pizarra al abrigo de una gran roca. Este es el lugar ideal para contratar una bajada por el río con les bateliers, los bateleros de La Maléne, o alquilar un kayak con canöe 2000. La Maléne además cuenta con un amplio parking junto al río donde es sencillo aparcar la camper.
A 600 m saliendo de La Maléne el camping municipal Le Pradet se nos presenta como una buena opción para pasar la noche. Es un camping sencillo, pero con todos los servicios y buen acceso al río. Además, 19€/ noche por 3 personas y la camper nos pareció más que asequible a medidos de agosto.
Arrancamos desde La Maléne para dirigirnos monte arriba hasta Le Causse de Sauveterre, una amplia extensión de montaña repleta de pequeños pueblos construidos en piedra y pizarra, paisajes salpicados de granjas y caminos para la trashumancia. Esta zona tan auténtica y rural guarda la esencia de uno de los productos típicos de esta región: el queso.
Nuestra primera parada nos lleva hasta el amplio aparcamiento de Le Point Sublime, un miradora y auténtica atalaia sobre las gargantas del río Tarn. Caminar hasta el borde del precipicio da un poco de respeto porque el acantilado es brutal y no está vallado, así que precaución con los niños. Es el lugar ideal para ponerse en la punta de cualquier roca y soñar que volamos, al igual que los buitres que vemos planear sobre nosotros. Llevar los prismaticos es una buena idea, pero no olvidéis la cámara de fotos, desde allí tenemos a nuestros pies le Cirque des Baumes, un circo natural que del que os hablaremos en nuestra bajada en kayak; a la izquierda, le Pas-de-Soucy, otro gran mirador; y La Roche Aiguille, tal como indica su nombre una gran roca en forma de aguja. Todo un panorama para contemplar, observar a las aves y disfrutar sacando fotos.
En este mismo lugar hay una oficina de información y turismo. Fue allí donde nos dieron las indicaciones para comprar queso de la zona directamente a un pastor. Por eso nos dirigimos conduciendo por los hermosos paisajes de le Causse Sauveterre unos 2km hasta un pequeño pueblo llamado Soulangès. Allí además de comprar queso de oveja Lacaune en la quesería Le Lèvéjac, dimos un precioso paseo para admirar la arquitectura típica de las casas de esta zona.
Desde el corazón de le Causse de Sauveterre tuvimos que dar un buen rodeo para llegar hasta Le Rozier debido a los cortes de carretera causados por los incendios de los últimos días, en uno de los veranos más calurosos que recuerdo desde niña.
Le Rozier es el pueblo que cierra nuestra ruta en las gargantas del Tarn y, al igual que Le Vigne, no posee un casco tan bonito como otros de esta ruta. Sin embargo, nos brinda otro magnífico mirador sobre las gargantas: La Roche Capluc. Una subida empinada de unos 25 o 30 minutos conduce a otras impresionantes vistas del panorama del Tarn. Eso sí, advertimos que hay un acceso donde hay que trepar por roca con ayuda de cuerdas. Nosotros dejamos esa hazaña para los valientes, porque hicimos un plan familiar y alternativo.
¿Sois golosos? En Le Rozier se impone una pause gourmande en La Brasserie du Rozier, el lugar ideal para pedir una Coupe Gourmande (copa golosa): la mía fue una «Verger» compuesta de chocolate, helando de manzana, licor de Calvados y Chantilly. El mejor plan es disfrutar de esta copa sentados en su terraza, que además tiene magníficas vistas sobre Peyreleau, un encantador pueblo de caractère encaramado a un promontorio y dispuesto a modo de anfiteatro. Nos dejó con la boca abierta.
De nuevo conducimos dirección a La Malène para encontrarnos con el último mirador del día: Le-Pas-de-Soucy. Entre la Maléne y Le Vigne discurre el tramo de garganta más estrecho y también más salvaje. Es aquí donde se situa el Pas-de-Souy. Aparcamos a un costado de la carretera para ascender las escaleras que nos conducen al mirador sobre el río, una gran peña desde la que se obtiene un panorama muy próximo del río. Bajo la peña hay un bar.- restaurante y tienda de recuerdos que da un aspecto un poco chabacano al lugar, pero subir y admirar el río merece la pena. Hay que pagar una módica entrada de 0’50€ por pesona.
Recorrer parte del río Tarn en kayak nos permite disfrutar de impresionantes paisajes desde el interior de la garganta, justo la perspectiva contraria de la jornada anterior, pararnos en cualquier recoveco o zona de baño con encanto, que de otra manera sería inaccesible.
Varias empresas a lo largo del río ofrecen los mismos servicios de alquiler de canoa y recogida en el punto de llegada. Pero, elegimos realizar el descenso con la empresa Canöe 2000 de La Malène, por estar situada junto al camping municipal, donde se puede pernoctar y por la mañana desde ahí acudir andando, listos para la aventura. Si no os alojáis en el camping, cuentan con un amplio aparcamiento al que se puede acceder con camper o autocaravana.
Si como nosotros pensáis realizar el descenso del las gargantas del Tarn en familia y con niños, debéis saber que este descenso en kayak es apto para niños/as a partir de 4 años, dependiendo de las condiciones de navigabilidad, y que deben saber nadar. Contamos con un equipo de chaleco salvavidas, remos y kayak o canöe. Los precios se abonan por el alquiler de las embarcaciones: el alquiler de un canöe para dos personas costó 42€ y un kayak para una persona 22€ (precios verano 2022).
Para realizar el descenso en kayak desde La Malène existen varios tramos que abarcan desde los 8 hasta los 32 km de recorrido. Nosotros realizamos un tramo de 11km donde el río discurre entre La Maléne y Pas-de-Soucy. Elegímos precisamente este tramo porque es el más salvaje, donde el río más se estrecha y donde encontraremos más rápidos.
El recorrido en kayak es una auténtica maravilla, no requiere de gran esfuerzo ya que el recorrido se realiza bajando el río y se alternan rápidos con zonas de calma donde el río te arrastra y puedes simplemente dejarte llevar. Además, durante el recorrido pudimos observar (a pesar de que el río estaba muy concurrido) pequeñas aves, como jilgueros, y de nuevo los buitres sobrevolando nuestras cabezas. En definitva, si sois amantes de los paisajes naturales, las aves y las emociones, no podéis iros del Tarn sin realizar esta actividad.
Fue una gran idea llevar comida y bebida en el bote porque nuestra travesía duró 4 horas. Atravesamos conocidas formaciones rocosas, como le Campignon o Les Détroits, punto en el que el cañon más se estrecha e hicimos un alto en le Cirque des Baumes, una de las zonas de baño más bellas del Tarn, para comer y darnos un estupendo baño.
Disfrutamos tanto que el recorrido se nos hizo corto, porque antes de darnos cuenta ya habíamos llegado al final de nuestra ruta en kayak y el autobús que debía devolvernos a La Maléne esperaba. Cada hora en punto sale el autobús, se puede regresar en cualquiera, pero el último es a las 17 horas en verano.
Al revisar el prospecto de esta actividad vimos que el nombre comercial de nuestro recorrido era L’inoubliable, un nombre más que acertado para una actividad que no olvidaremos fácilmente.
Si no os apetece remar o sois menos aventureros, también existe la posibilidad de contratar un descenso en las balsas de les bateliers de La Malène. Les bateliers realizan un recorrido entre La Maléne y la playa de piedras de Le Cirque des Beaumes, lugar en que desembarcan los pasajeros y las balsas son despojadas de su motor para ser alzadas por una grua y transportadas de nuevo a La Maléne.
Hablar de conducir por las gargantas del Tarn en furgoneta camper o autocaravana es hablar de atravesar grandes puentes, de rocas y cornisas a las que hay que prestar atención constante y de una carretera, la D907, donde a menudo nos cruzaremos con autobuses que remolcan pilas de canoas.
Atención máxima al tramo entre La Maléne y Le Vigne, el lugar más estrecho y con más riesgo de desprendimientos en todo el cañón. Si sois noveles conduciendo una camper o autocaravana, puede que sudeis tinta. Mucho ánimo. Si por lo contrario contain con años de experiencia, os adaptareis en breve. Os aseguramos que los caminos vecinales de Inglaterra son peores.
¿Os gusta conducir? Os invitamos a ver un vídeo de esta ruta vía Instagram⤵
Pernoctar con furgoneta camper o autocarvana en las gargantas del Tarn y a la vera del río está expresamente prohibido y esto puede verse en muchos carteles a lo largo del cañón. Es por eso que una buena opción es pernoctar en un camping municipal, hay varios en nuestro recorrido, aunque tal como ya hemos indicado, nosotros pernoctamos en el camping municipal de La Maléne.
Durante el día y hasta las 20 horas aproximadamente se puede aparcar en cualquier parking dentro de la garganta, lo que nos permite hacer nuestras visitas sin dificultad.
Les gorges du Tarn, estas gargantas tan impresionantes, son uno de los destinos imprescindibles en un viaje a Francia en furgoneta camper. Haber regresado después de casi 20 años ha sido todo un acierto, porque nos vamos tan enamorados de este lugar como vinimos. Sin duda unos días de vacaciones que no olvidaremos nunca.
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