A LA MESA DE LIGURIA: ENTRE LO DULCE Y LO SALADO

A LA MESA DE LIGURIA: ENTRE LO DULCE Y LO SALADO 0 (0)

Durante nuestro viaje a Liguria hemos descubierto algunas de las especialidades y delicatessen de la zona. Al final del viaje, eran tantas las cosas que habíamos probado que decidimos que esto había que contarlo. Solo vamos a adelantaros que la gastronomía ligur anda a caballo entre lo dulce y lo salado…Umm! Y vosotros, ¿de qué sois, de dulce o de saldo?

LOS CAPPUCCINOS, MEJOR EN FAMILIA.

Si en algo hemos coincidido los tres, padre, madre e hijo, durante este viaje es en ese repentino gusto por tomar casi todas las tardes un cappuccino. Normalmente en casa,  el gusto por las bebidas se dividen en: Cola-cao, cortado y solo. Pero fijaros que fue llegar a Italia y pasarnos todos al Cappuccino, ese tipo de café con leche (más leche que café) con una espuma por encima que conquista con facilidad a cualquiera, sobre todo los de Lerici.

“ALICI SOTTO SALE” ¡VAMONOS AL MERCADO!

Visitamos el mercado de Sestri Levante donde además de encontrar las salchichas, salamis y quesos de la región encontramos las deseadas “alici sotto sale”, anchoas saladas. Estas anchoas pescadas por los pescadores camogliesi de un modo rigurosamente artesanal son cuidadas atentamente durante todo el proceso de elaboración, en el cual tras su maduración se envasan en tarros de cristal para la venta. El resultado de esta cuidadosa elaboración es una delicia que a los devoradores de pescado no se les puede pasar por alto.

“PANDOLCE” PARA DESAYUNAR CON FUNDAMENTO

Los desayunos en la furgo suelen ser como en casa, es decir, de cargar energía para toda la jornada. EN LIGURIA descubrimos el Pandolce, que como habréis adivinado por el nombre es exactamente eso, un pan dulce. Este es un tipo de bizcocho algo durillo, cargado de piñones, pasas y fruta escarchada. Nos pareció ideal para untar en el café con leche y tomar fuerzas.

PASTA E PESTO A LA GENOVESE.

Pasta fresca comprada en un pastificcio de Lerici.

¿Qué cocinamos hoy? ¡Pasta! Pero estamos en Italia, así que esta vez vamos a darnos un capricho y comprar pasta en un pastificcio artesanal, donde la sala de fabricación de la pasta y el mostrador de venta estan separados por una escueta cortinilla. La pasta se vende a peso y podemos encontrarla de diversas formas y colores, incluso rellenas… ¡Delicioso!

Pero no hay dos sin tres! ¿Qué salsa acompañará a la pasta? Pues estando en Liguria y tan cerca de GÉNOVA la respuesta es: Pesto a la genovese. Es una pasta verde compuesta de aceite de oliva extravirgen, albahaca (basilicum), ajo, piñones, queso parmesano y queso pecorino. Dicen del pesto que es un descendiente directo del antiguo “Moretum” de los romanos.¡A saber!

Pesto a la Genovese, comprado en el nº70 de la vía Capellini, Porto Venere.

CON LASMANOS EN LA MASA: FOCACCIA, FARINATA Y TORTA PASCUALINA

No podemos hablar de Liguria sin nombrar la focaccia (hogaza), una torta de harina muy cercana a la pizza, que podemos encontrar en las variedades, bianca, al queso de Recco o rellena. Eso sí, siempre hecha en el horno de leña.

Focaccias de tres tipos acompañando unos salmonetes.

Lafarinata es una finísima torta salada que se realiza a base de agua y harina de garbanzo (ceci). Nosotros pudimos probar la variante de farinata de cipolle (cebolla).Es
una alternativa a la recurrente pizza y para nosotros resultó un “plato salvavidas” en esos días en los que estábamos muy cansados y al regresar a la furgo no queríamos cocinar.

Farinata a la cipolla.

La torta Pascualina, es una especialidad de Liguria y además típica de Semana Santa, así que estando en fechas nos decidimos por probar esta delicia. Se trata de una torta que se remonta al siglo XVI y en sus orígenes fue conocida como gattafura. Esta torta salada nos la sirvieron rellena de alcachofas y huevo cocido. ¿Rico, verdad?

Pascualina acompañada de unas patatas.

VAMONOS DE PESCA…POR LAS LONJAS.

Lonja en Santa Margherita de Ligure.

Dicen que la ocasión la pintan calva, y es que no se puede pasear por los muelles de Santa Margherite de Ligure sin entrar a “pescar la cena” en una de sus lonjas.

En las profundidades del mar de Liguria se pescan desde principios de 1900 las apreciadas gambas rampantes o gambas rojas, que por sus características científicas, gastronómicas y culturales son un producto típico a salvaguardar. Pero, si os apetece más una ensalada, os topareis con los Moscardini, una especie de pulpo enano que añaden cocido a la ensalada.

Y es que comprar productos frescos directamente a los productores, tratar con los lugareños y mezclarnos son algunas de las cosas que nos fascinan de los viajes en camper.

LA HORA DEL CAFÉ: I BACI DI DAMA VERSUS CAMOGLIESI

No podíamos despedirnos sin tomarnos un rico dulce a la hora del café. Por un lado, encontramos los tentadores baci di dama, unas riquísimas pastitas rellenas de avellana, de origen piamontés pero muy extendidas también por la Liguria. Son para tomar de bocado, así que este dulce no nos dura mucho en el armario de la furgo.

Por otra parte, un largo paseo por la Vía Garibaldi de Camogli nos hizo caer en esta dulce y embriagadora tentación; los camogliesi, uno dulces típicos del lugar
hechos con pasta choux y rellenos de crema pastelera al ron (o más bien de ron con algo de crema pastelera)¡Mamma mía!

Quizás con este post os haya entrado un poco de hambre, o quizá ganas de coger la furgo y visitar la Liguria, ¡quién sabe!

FONDUE, PASIÓN POR EL QUESO 0 (0)

Aunque es un plato muy extendido por Francia, el orígen de la fondue se encuentra en los macizos montañosos del Jura.Las fondues típicas constan de un caquelon,recipiente donde se funde el queso (generalmente de vaca),y al que se le añade un chorro de Kirsch (licor de cerezas)o en su defecto, vino blanco. un saquito con pequeñas patatas asadas y un cesto lleno de rebanadas de
pan serán las porciones sumergibles del plato.
Pero… ¿Qué hay que hacer? Esta es un tipo de comida que propicia la interactividad entre los comensales, ya que estos se sirven de unos pinchos en los que insertan con perseverancia trocitos de patata o pan que deberán bañar en el queso una vez fundido. Cada comensal debe cuidar de su pincho, esperar turno para introducirlo, pasarse el pan y pasarse la palabra! digo pasarse la patata!…

¡Pero cuidado!Es una comida muy calórica y suele dejarte saturado, así que no estará de más dar un paseo tras el atracón.

Cuando visitamos Suiza, en verano del 2015, nos quisimos dar un capricho, uno de esos que se escriben con letras mayúsculas y una hermosa cifra en euros. Tras leer las recomendaciones de unos y otros nos acogímos a la de la guía de viajes Lonely Planet. Recorrímos para ello unos cuantos kilometros hasta llegar a un pequeño pueblo de la zona de Gruyères llamado Châtel-St-Denis. Allí se encuentra el Café Tivoli.

Fachada principal del Café Tivoli

Es un café-restaurante de ambiente local. A decir verdad, creo que eramos los únicos forasteros del lugar.Tiene un amplio comedor con mesas de madera y decoración de estilo rústico, algo que nos hacía imaginar que estabamos tomando la fondue poco más que en la cabaña del abuelo de Heidi. La vajilla no se queda atrás; la decoración del plato nos dio para entretener durante un buen rato a nuestro hijo, que ya estaba hambriento.

Pedimos una fondue “Moitié-moitié”, es decir, mitad queso Gruyère, mitad queso Vacherin- un tipo de queso típico de la zona de Friburgo-.

Una camarera algo ruda, pero no desagradable, nos atendió con mucho garbo y poca conversación; al pan pan y a la fondue…queso.

Bajo el caquelon prendía un quemador de alcohol, por lo que debímos estar ojo a vizor con Eneko. El queso estaba perfectamente fundido, así que a la tarea; cada uno se encargaba de su pincho,de insertar pequeños trozos de pan unas veces o patata otras, para sumergirlos en el queso.

Lo acompañamos todo con un vino blanco de la región, de cuyo precio no quiero acordarme…Pero bueno, un día es un día.

Pero no queda aquí nuestra gula por el queso, y antes de regresar a casa compramos (a un precio que nos pareció bastante caro) un par de bolsas de queso para realizar una fondue. Son paquetes con una mezcla preparada y deben ser consumidos en los siguientes quince días. Os recomendamos la mezcla de Gruyere y Vacherin y la marca Cave d’or-Goldeshöllen. Aun así, si teneis la frontera de Francia cerca, en cualquier supermercado francés podreis haceros con un paquete de queso para realizar la fondue, aunque no sea de esa mísma marca.

Nos pusimos manos a la obra una tranquila noche en la que ya había refrescado un poco.Para ello atendimos a unos sencillos pasos que evitarán que el queso quedara hecho una pelota. (Tanto como para jugar a tenis con él)

Paso número uno: preparar una mezcla de vino blanco y kirsch (licor de cerezas), con una cucharadita de harina de maíz y el queso. Nosotros no teníamos licor, pero le echamos una buena cantidad de vino blanco, tanto que parecía que el queso iva a cantar la mari-morena.

Paso número dos: dar vueltas a la mezcla para que el queso se funda correctamente y no se pegue al caquelón.

Paso número tres: añadir un diente de ajo machacado.

Mientras que comienza a fundirse el queso con la mezcla se asan las patatas (talla xs) y termina de hacerse el pan de centeno, tipo alemán, para ambientar un poco la cena.

Pan de centeno.

Patatas asadas.

Como veréis el queso debe quedar bien fundido, sin grumos, y tiene que seguir calentándose y fundiéndose en los quemadores, una vez lo pasemos a la mesa.

Disfrutamos de una cena muy animada, nuestro hijo lo pasó genial, hicimos algo diferente y nos dio para recordar esos días de verano en los que visitamos Suiza.

Dejaros llevar, charlad, reíd, brindad,pero sobre todo cuidad de vuestro pincho…¡Es sagrado!

SAINT EMILION: CANELÉ VERSUS MACARON 0 (0)

Recien llegados de Saint Emilion y con un empacho “visual” de tanto vino y tanta botella, hemos preferido escribir una crónica sobre los dos grandes dulces que circulan en sus patisseries y restaurants como símbolo y estandarte de esta villa que tantos encantos  culturales, paisajísticos, pero también gastronómicos exhibe. Nos referimos al canelé y al macaron.¿Os apetece?

El primero es un pastelito con forma cilíndrica de corteza tostada y estriada especialidad original de Burdeos.

Básicamente es una pasta blanda y tierna en su interior, perfumada con ron y vainilla, pero recubierta de una corteza más dura y oscura a causa del caramelizado. La pasta se elabora con harina, leche, huevos, mantequilla, vainilla, ron y azúcar de caña que una vez preparada, se vierte en unos moldes especiales, tradicionalmente de cobre , que además pueden ser adquiridos en algunas tiendas en las que propiamente venden estos dulces. Los moldes son untados con mantequilla, se ponen a cocer en un horno muy caliente durante diez minutos y después en otro a menos temperatura durante 40 minutos. Nosotros lo pudimos degustar con una estupenda taza de café en nuestra camper, lo cual le va genial teniendo en cuenta que el pastelito ya tiene suficiente azúcar, y aunque hay quien lo propone, nosotros no lo tomaríamos con un vino dulce. Recomendamos comprarlo en una pastelería de la cadena Lemoine; venden con diferencia unos de los canelé más exquisitos que hemos probado.

El segundo es un dulce especialidad de la propia villa de Saint Emilion. ¿Y quien o mejor dicho quienes son las responsables de tal exquisitez? La historia siempre se repite; Las monjitas de Sain Emilion. Su receta que data de 1620 pertenece en sus orígenes a las religiosas del convento de Las Ursulinas de Saint Emilion. El dulce posee una textura blanda y delicada de sabor a almendra. Es artesanal, originalmente sin colorantes ni conservantes  y compuesto de  almendras, clara de huevos y azúcar. Es ideal para acompañar un té, café o un chocolate caliente.

Hoy día, sin embargo, podemos encontrar decenas de variedades de este postre en versión multicolor, dependiendo de si está hecho con pistachos, frambuesa o incluso limón.

Nosotros nos inclinamos por probar los originales, de almendra, y los compramos en el convento de Les Cordeliers, aunque su producción la ostenta Nadia Fermmigier, sucesora de Madame Blanchez. Y es que la receta, después de las monjas Ursulinas pasó a manos de algunas familias de Saint Emilion que la han conservado y desarrollado hasta nuestros días.

Ambos dulces son exquisitos, pero si nos preguntaran con cual nos quedaríamos, sin duda elegiríamos de nuevo Le Canelé. Pero bueno, sobre gustos no hay nada escrito…Y no vamos a empezar nosotros ahora a hacerlo.

INFORMACIÓN:

Le Macaron de Saint Emilion

Le Canelé

O AMERICO, «O REI DO PEIXE ASSADO» 0 (0)

Si tenéis pensado hacer ruta por Portugal y visitar el Algarve no dejéis de daros el capricho y haced un alto en el camino para reponer fuerzas en las acogedoras mesas de madera del comedor del restaurante O Americo, O rei do peixe assado, situado en la carretera EN 125 que discurre entre Olhao y Faro. Cuidado porque puede pasar desapercibido por hallarse integrado en una especie de polígono a pie de carretera;sin embargo, lo que no se nos pasará por alto es la gran cantidad de vehículos aparcados que veremos a sus puertas. y sí, tal como dice el cartel es el rey del pescado asado. Asado y a la parrilla, así es como se sirve todo el pescado que en este acogedor restaurante podemos degustar.

Ciertamente no hemos conocido cosa igual, se trata de un restaurante modesto y de un marcado estilo portugués, donde por un precio módico se come pescado hasta decir ¡Basta, por favor!
Los camareros, con las manos enfundadas en blancos guantes, pasan con las bandejas repletas y van sirviendo con las manos a izquierda y derecha, por lo que a nuestro plato llegará “lo que toque”: salmón, chipirones, chicharros, sardinas… (Puesto que no se pide, sino que cada uno come lo que va recibiendo del camarero) todo hecho a la brasa.

El festín.

Pero no penséis que lo sirven a batalla.Todo lo contrario, los pescados están preparados con todo el mimo del mundo y siempre van aderezados con un refrito de ajos, su jugo…. Además, un generoso acompañamiento ocupa la mesa: ensalada de tomate y pimientos asados y un plato de patatas asadas de chuparse los dedos; y realmente, si en algún restaurante del mundo podemos chuparnos los dedos es en O Americo…Y como pudimos comprobar el camarero pasa sin cesar hasta que finalmente, después del tercer filete de salmón, tres o cuatro chipirones, alguna sardina, un par de chicharros …Puf! Lo único que pudimos decir es “No me sirva más, por favor!”. Pero alguna mente peligrosa pensará…Ja! ¿Pero a qué precio? Pues os podemos asegurar que salimos con la panza llena por unos 8€ por persona, con bebidas y pan incluido. Sorprendente pero cierto. En fin, si sois grandes devoradores de pescado como nosotros, os podemos asegurar que es todo un festín y una de las mejores maneras de poner los pies en Portugal.

INFORMACIÓN DE VIAJE:

GPS: 37°01’42.0″ N 7°52’35.6″W

Abierto de martes a domingo : 12:00 – 15:00

Situado en la carretera EN 125
Dirección: Cova / Bela Mandim, 8700 Olhão

L’ ERA DEN JAUME: COCINA ANDORRANA EN ESTADO PURO 0 (0)

En una antigua casa de piedra a pie de carretera, se encuentra este típico restaurante andorrano, alojado en una “borda”, casa tradicional de alta montaña. Son muchas las bordas donde antiguamente se guardaban el grano y ganado las que han sido reformadas y acondicionadas para convertirse en restaurantes de gran calidad, donde la montañosa geografía del país ha dado lugar a platos típicos como las setas, la trucha de río, la carne de caza o los embutidos.
Nosotros no nos hemos podido resistir. ¿Nos acompañas a su mesa?
Nos presentamos un sábado sin reserva previa, pero tuvimos suerte, porque el restaurante de dos plantas se llenó en breve. Comimos en la planta superior que era más acogedora que la de abajo, por ser lugar de paso de toda la clientela. La decoración, en la línea, ya hemos dicho que se trata de una “borda” acondicionada, por lo tanto no falta la decoración rústica a base de útiles del campo en desuso, madera como elemento principal y una iluminación natural.

Comedor superior

Pedimos una ensalada de mollejas para compartir. Era bastante abundante así que Eneko también pudo servirse un pequeño plato. Junto con las mollejas nos resultó muy original el empleo del maíz tostado que le daba un toque crujiente, a una ensalada que finalmente resultó ser muy gustosa.
Yo, que soy devoradora de pescado, no me pude resistir y elegí trucha de río, acompañada de unas patatas asadas y unas vainas,  como plato principal. Resultó algo seca la pieza, y ni siquiera los intentos del chef por ocultarlo con un acertado refrito de ajo, perejil y bacon consiguieron arreglarlo.

Marko eligió mejor, un plato de butifarras, que hacía las veces de degustación de las distintas variedades: la oscura, muy parecida en textura a una morcilla, pero con un picado más fino. Las otras dos se acercan más a las salchichas. El toque de gracia se lo ponía el ali-oli montado sobre la patata. Resultó ser un plato delicioso.

Las vainas se nos hicieron algo muy repetitivo en el menú,y aunque eran frescas y de calidad, no fueron santo de nuestra devoción.

Regamos la comida con un vino de la casa: Alta Río de 2013. Era un vino que combinaba bien con ambos platos y nos lo bebimos con facilidad, pero como suele ocurrir en la mayoría de los restaurantes el vino subió la cuenta, menos mal que no pedimos otra botella.

Terminamos con un riquísimo postre que puede quedar entre Andorra y Cataluña… «La crema catalana» Nos pareció un pecado, claro que es un postre que no hemos tenido la ocasión de tomar muchas veces, pero ambos coincidimos en que estaba superior.

El camarero ,más que atento, tuvo un buen detalle convidándonos a un copa de cava que nos tomamos alegremente

La cuenta nos salio a unos 25€ por persona, pero hay que decir que Eneko había tomado un menú infantil, con lo que realmente es algo más caro de lo que parece. Ese día entre el vino y el cava, menos mal que teníamos la camper cerca y está dotada de un par de camas de 1,35cm, por que la siesta fue monumental.
Nuestra nota: 7
Información de viaje:
http://www.eradenjaume.com/leradenjaume/LEra_den_Jaume.html

Tlf: 376 850 667

error: Edukia babestua!! Contenido protegido!!