Este viaje por Marruecos en furgoneta camper y autocaravana es una aventura hasta el desierto de 4 familias viajeras. Un viaje a lo loco que nos llevó a descubrir un increíble país lleno de contrastes, impresionantes paisajes y una exquisita gastronomía…, pero sobre todo nos regaló una gran amistad que nació de la nada. Grandes aventuras, alguna desventura y muchos imprevistos nos ocurrieron en esta ruta por Marruecos. ¿Vienes con nosotros a Morocco a loco ?
Realizamos 11 días de ruta por Marruecos en autocaravana unos y en furgoneta camper otros, sumando 2000 km aproximados por tierras marroquies; además de otros 2000 aproximados para cruzar la península: Desde Donostia hasta Algeciras, ida y vuelta.
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Aunque en un principio íbamos a realizar solos la ruta, pronto les picó el gusanillo a otras tres familias viajeras que se subieron al carro: El mundo con Peques, Camper van de Ruta y Bidai On. Y es que los que viajamos en camper somos así. ¡Nos apuntamos a un bombardeo! Pero lo cierto es que… ¡Jamás hubiéramos imaginado mejor compañía!
Para llegar a Marruecos en furgoneta y autocaravana cruzamos el Estrecho de Gibraltar realizando la ruta entre Algeciras y Tanger-Med. Tenemos que decir que el paso entre continentes es una de las más pesadas situaciones del viaje. Mucho papeleo, largas colas de espera en un ferry que sale con 4 horas de retraso y una aduana marroquí más que caótica nos hacen llegar al parking de Asilah a altas horas de la noche, sin fuerzas más que para apagar motores e irnos a la cama.
Parking furgoperfecto junto al puerto en Asilah:
Coordenadas: 35,472292,-6,029971
30 Dirhams (3€)/24h
Asilah es un coqueto pueblo blanco asomado al Atlántico. Cartagineses, romanos, portugueses y españoles han pasado por su pequeño pero cotizado puerto. Así nos lo demuestra la puerta Bab Homar, situada en la entrada sur de la medina, donde encontramos un desgastado escudo de armas portugués.
Atravesamos sus murallas para pasearnos por su tranquila medina parándonos a observar la vida del pueblo en una de sus plazas principales, Place Abdellah Guennoun. Allí comerciantes, niños jugando a la pelota y algunas mujeres que pintan las manos con henna roban nuestras miradas. Después, serpenteamos por su zoco donde vamos descubriendo puestos de especias, objetos de barro y cerámica,… Compramos fruta y algunas pastas. Finalmente, llegamos hasta un bonito mirador desde donde apreciamos la costa y también la blanca silueta de Asilah.
Terminamos el paseo tomando nuestro primer té a la menta, ¿dónde? Allí donde los lugareños se sientan en la terraza de un bar ante un estrecho y dulce vaso de té, ¿dónde sino?. Una taberna llena de hombres (jamás veremos mujeres) en la que irrumpimos como elefante en una cacharrería: catorce personas, entre adultos y niños 🙂
Tras picar algo en las furgos retomamos el viaje dirección a las cascadas de Ouzoud y conducimos por la autopista N1 que baja dirección Marrakech para desviarnos más tarde por la A8 hasta la localidad de Beni Melal. Durante el camino anochece y terminamos agotados, por lo que decidimos pernoctar en un hotel (el cual no vamos a recomendar) que nos indica Park4nigth. Pero los planes se tuercen, nos quieren cobrar 100 dirhams (10€) por familia, sin ningún tipo de servicio (duchas, baños, piscina…) solo por pernoctar en su aparcamiento. Salimos zumbando y dormimos en una gasolinera cercana tras haber dado “una propinilla” de 50 dirhams al chico encargado.
Al noroeste de Demnate (unos 167km de Marrakech) se encuentran las cascadas más populares entre las familias marroquíes para pasar el día y, a la vez, una de las excursiones para medio día que suelen realizar los turistas que visitan Marrakech. Nosotros que viajamos a nuestro aire no podíamos dejarlo pasar y sobre las 10 y media de la mañana ya habíamos negociado y aparcado las furgos. ¿Dónde?
En los terrenos del hotel De France por tan solo 10 Dirham/ furgo . Tras recorrer un breve sendero alcanzamos un gran mirador que queda en la parte superior de las cascadas.
Un lugareño nos aconseja realizar la visita de las cascadas dando un paseo circular de una hora aproximada. Primero, bajamos ladera abajo atravesando un sombrío bosque en el que el camino va estrechándose y volviéndose cada vez más tortuoso.
Este camino nos llevó hasta la parte inferior del cañón, desde donde se puede apreciar de una manera espectacular la caída de 110m del río Uzud– Ued Uzud- en una cascada en tres niveles sobre el cañón Ued el Abid. Algunos niños de nuestro grupo se bañaron cuando el sol comenzó a apretar, aunque hay sendos carteles que rezan “Defense de nager” (prohibido nadar) en un correcto francés…Pero la tentación era muy fuerte.
Atención porque para disfrutar de las mejores vistas o pasearse en barca por las pozas hay que atravesar el río repleto de sacos sobre los que caminar, calculando bien donde pisar y sorteando a las hordas de turistas que lo hacen en sentido contrario. ¡Casi vamos de cabeza al agua!
Subimos para completar nuestro paseo circular por la otra ladera del cañón, mucho más sencilla de transitar ya que es una constante subida de escalones que hacen rellano una vez en una tiendita, otra en un restaurante… Terminamos el recorridorido regresando al Restaurante Chez Mounir, en el que habíamos negociado el precio para comer ese día (50 dirhams/pers). Un menú completo con bebidas, postre y tés. Es aquí donde probamos nuestro primer tajín, cuscús, ensalada marroquí, tortilla berebere y de postre naranja con canela y un dulce típico, Kab el ghazal (cuernos de gacela). Todo estaba buenísimo así que lo recomendamos.
Al atardecer, tras 3h de conducción llegamos a Marrakech e inmediatamente pensamos: “si lo sé no vengo”. El tráfico en la ciudad es caótico, frenético y estresante. Motos por doquier adelantan por los costados, bicis que circulan con parsimonia, y peatones que cruzan a su bola entre coches que circulan a bocinazo limpio…Fue una verdadera locura meterse allí con las furgos. Acabamos llegando a la Koutubia, donde el parking para autocaravanas estaba lleno hasta los topes y encima tuvimos que aparcar fuera.
Parking junto a la medina:
31.62365ºN 7.99607ºW
Comenzamos a callejear por la ciudad a la hora bruja, cuando la peculiar Plaza Jmaa el Fna, conocida como «el mayor espectáculo del mundo» se transforma y los viajeros nos perdemos entre puestos de echadoras de cartas, tatuadotas de henna, lámparas de Aladino y encantadores de serpientes… ¡Cuidado con los encantadores de serpientes! Si os ven cámara en mano os pedirán de un modo muy agresivo una propina, aunque no les hayáis hecho la foto.
Y es que esta encantadora plaza es una trampa mortal para turistas, en ella se oye “pay Money” en cuanto ven desenfundar una cámara. Las terrazas desde las que se ve la plaza vibrar doblan los precios (120 dirhams) de cualquier menú que se tome en Marruecos y los platos que ofrecen (pizzas, ensaladas… ) son enfocados a turistas; así que ojo dónde nos metemos. Nosotros lo pudimos comprobar al subir a la terraza del Ancien Café Glacier para tomar un té a la menta, (qué poco tenía que ver con el de Asilah) y observar la vida nocturna desde allí. Aun así, este lugar embruja y es uno de esos que en nuestros próximos viajes a Marruecos (porque habrá más) repetiremos.
El parking junto a la Koutubia sigue lleno durante la noche, así que salimos de la ciudad y nos instalamos en el camping Ourika camp a unos km del centro. Esta es nuestra recomendación para visitar tranquilamente Marrakech.
Antes de Abandonar el camping y Marrakech nos dimos un baño en la estupenda piscina y nos pusimos en marcha sin sospechar el lío en el que nos íbamos a meter…
Todos llevábamos navegador y los mismos puntos del viaje cargados. Como no conocíamos las carreteras, nos fiábamos de él. La cuestión es que para salir de la ciudad nos hizo atravesar la medina y de ahí al zoco. Así que podéis imaginar la que se montó con una Itineo de 7m y medio, dos furgos de 6m y una California atravesando el zoco de Marrakech y haciendo temblar los puestos a su paso. Conseguimos salir después de darnos la vuelta como pudimos ante un “callejón sin salida”.
Dejamos atrás la locura de Marrakech sacando dos conclusiones:
1.- Para visitar Marrakech mejor dejar la furgo en el camping y coger un “Petit taxi”
2.- No, no meterse en la medina de ninguna ciudad aunque lo diga el mejor navegador del mundo.
Esa tarde conducimos hasta Ouarzazate, Algo más de 200 Km de viaje de los cuales unos 120 son pura carretera de montaña ( unas 4h). Durante esta ruta vemos unas de las imágenes más repetidas de los viajes a Marruecos y atravesamos varias kasbahs, entre ellas la conocida Ait Ben Hadou: La preciosa Kasbah de ladrillo rojo Ait Ben Hadou- la tribu del hijo de Hadou– Está protegida por la Unesco y es un antiguo caravasar almoravíde del s. XI reconstruido en gran parte para filmar películas tan conocidas como Lawrence de Arabia o Jesús de Nazaret.
Llegamos al camping municipal Ouarzazate y salimos a pasear y cenar por la noche, ya que hay mucho ambiente local y nos apetece ver la preciosa Kasbah de Ta
ourirt iluminada.
Dejamos el camping a primera hora de la mañana para visitar la Kasbah Taourirt por dentro, el auténtico palacio de un pachá. La visita al edificio repartido en tres plantas transcurre subiendo y bajando estrechas escaleras e internándonos en laberínticas habitaciones con bonitos enrejados en las ventanas, desde donde se obtenían bellas vistas sobre la kasbah intramuros. Lo que más nos gustó fué la sala de la oración con arcos de herradura, restos de estuco y un techo de tataoui (el arte de decorar los techos en madera).
Tras la visita al palacio nos paseamos por el verdadero pueblo de Taourirt, donde callejeamos y compramos pan antes de seguir con nuestra ruta hacia el sur de Marruecos.
La carretera que nos lleva hasta las gargantas de Dades tiene paisajes preciosos. Al Atravesar el valle de Tamlet, a unos 18km de Bumalne, se encuentra el pueblo berebere de Ait Arbi, el cual tiene como telón de fondo las impresionantes formaciones rocosas que han sido erosionadas por el viento y se asemejan a los dedos de una mano, de ahí que sean popularmente conocidos como “doigts de singes”- dedos de mono.
Seguimos disfrutando del cambiante paisaje y las pequeñas kasbahs que se asoman al camino, para terminar la mañana subiendo la espectacular carretera Tizi n’Tichka y su puerto de 2260m.Hacemos un alto en el puerto donde se encuentra el Café- Restaurant- Hôtel Timzillite con una impresionante terraza-mirador sobre la garganta y la carretera.
Probamos su menú de estilo berebere y disfrutamos de las vistas antes de continuar el camino. Descendemos 4km hasta el lugar en el que se estrechan las gargantas del Draa por primera vez y las atravesamos en furgo.
No continuamos el camino ya que para ello se necesitan vehículos 4×4, así que desandamos el camino hasta Tinehir o Tingir. Atravesamos unos de los paisajes más bellos de Marruecos para viajar en furgoneta camper, donde las kasbahs: de tierra rojiza asoman entre grandes palmerales, preciosos pueblos berebere que nos roban una y otra vez fotos de la cámara, ¡aunque sea desde la ventana!
Deleitandonos con tanta belleza llegamos hasta las gargantas de Todra. Allí, paredes de 300m caen formando un increible desfiladero atravesado por el río de mismo nombre: Ued Todra.
La garganta suele estar muy concurrida por autobuses llenos de turistas y puestos situados a la orilla de la carretera, aunque cuando pasamos nosotros, a última hora de la tarde, hay menos movimiento.
Continuamos 18km hasta el pueblo Tamtatuchte para pasar la noche en el albergue Baddou, donde nos preparan una excelente cena berebere en una jaima. Se trata de un Albergue-camping con mucho encanto, excelente comida y una pequeña piscina donde aplacar los calores del viaje.
Hoy nos disponemos a realizar nuestro sueño: dar un paseo en dromedario sobre las dunas del Sahara para pasar la noche en una jaima en medio del desierto. Tras conducir bastantes horas (ya hemos perdido la cuenta) y encontrarnos en la carretera las primeras manadas de camellos…
Por fin llegamos a Hasi Labied, que junto con Merzouga es la localidad que ofrece a los viajeros la oportunidad de contratar dromedarios y guías para tal hazaña. La cuestión es que llegamos hacia las 17h y todos los dromedarios estan ya contratados, así que comenzamos las negociaciones con un tipo que finalmente (tras mucho tira y afloja) nos ofrece 9 dromedarios y los niños gratis. Si algo hemos aprendido en Marruecos es que todo se puede negociar. ¿Pero cómo vamos a esperar 3 horas allí aparcados en la hammada a 40ºC? Nos ofrecen entonces pasar a un hotel y esperar dándonos un hermoso baño en la piscina con vistas a las dunas.
Las cuatro familias lo disfrutamos a tope y después, comenzamos nuestra travesía por el desierto, ya al anochecer. Aun así, avanzar en la oscuridad también tenía su encanto y un punto de misterio… En un par de horas llegamos a nuestra jaima y nos instalamos para la cena berebere, rica y abundante.
Tras cenar, tuvimos un concierto de música con tambores y después la noche transcurrió en calma. Pero lo más bello llegó con la mañana, cuando al amanecer las dunas de Erg Chebi se tornaron rosadas y los numerosos viajeros se desperezaban mientras subían a lo alto de las coloredas montañas de arena para ver salir el sol.
Fue un momento que pudimos disfrutar todos juntos y que guardaré con gran cariño. Además, ese fue el momento en el que recordé la leyenda del desierto: «Cuando una familia negó la hospitalidad a una mujer pobre, Dios se ofendió y sepultó a la familia entera bajo montículos de arena, conocidos como Erg Chebbi». ¿Pudo un castigo crear algo tan bello?
Hubo momentos de silencio y muchas fotos en el paisaje. Tras tomar el desayuno, que nos pareció una mezcla de berebere con europeo (té a la menta y aceitunas negras; mantequilla, pan y mermelada; magdalenas y yogures…) regresamos al hotel donde habíamos dejado las furgos, esta vez disfrutando del recorrido en dromedario a plena luz del día.
Hay días en los que nos toca arrear y tragar kilómetros y este es uno de ellos. Conducimos y vamos realizando altos en la carretera, los walkie-talkies prestados por Campervan de Ruta nos hacen un gran servicio, de esta manera acordamos dónde y cuándo parar. Recorremos la carretera que serpentea paralela al Ued Ziz (río Ziz) desde la ciudad de Rich hasta Er-Raichidia. Nos impresionan las vistas del paisaje rocoso formado por grandes paredes que datan del jurásico. Su color piedra contrasta con el verde del gran palmeral justo a sus pies. Paramos para admirar el paisaje y más adelante, llegamos hasta el Tunnel du Légionnaire, construido por los franceses en 1928. Ese es el punto donde más se estrechan las gargantas.
Continuamos hasta Er-Raichida, una ciudad que nos sorprende por que la mayor parte de su población es militar. Vemos gente con uniforme aquí y allá y grandes zonas de acuartelamiento. Tras leer la guía lo entendemos: Er-Raichidia fue fundada por la legión francesa y sigue siendo militar con una población dedicada a vigilar la cercana frontera con Argelia.
Al anochecer atravesamos el Parque Natural de Ifrane, primero su zona de lagos y después el bosque de cedros, donde se encuentra el cedro milenario Gouraud y su colonia de macacos, que a esas horas suponemos roncando. Nos quedamos con la sensación de que es un lugar bello, un exuberante bosque que poco tiene que ver con las áridas tierras de Merzouga. Lo mismo ocurre con la ciudad que guarda a sus pies: Ifrane.
Es conocida como la Suiza marroquí, y no es para menos. Por primera vez vemos las calles asfaltadas más allá de la propia carretera; jardines y lagos, lujosas casas de piedra con tejaditos a dos aguas, luces de neón y… ¡Gente que camina por las aceras! ¡No nos lo podíamos creer! Llegamos a dormir a Fez al camping Le Diamant Vert por 12€/noche.
Fez es una ciudad de 1200 años y su medina, la zona más antigua, alberga más de 300 barrios y 9000 laberínticas callejuelas, ademas de tener callejones sin salida y zocos por doquier. En nuestra visita a la cisudad un avispado guía nos llevará de aquí para allá visitando lugares tan chulos como El mausoleo de Mulay Idrís, el Palacio Real o la universidad más antigua del mundo. Pero si de verdad quereis saber lo que se cuece en este gran laberinto PINCHAD AQUÍ y os lo contamos.
Abandonamos Fez para dirigirnos a Chefchaoeun, no sin antes hacer un importante alto en el camino para visitar Volúbilis: los restos de una antigua ciudad romana y monumento arqueológico mejor preservado de Marruecos que, además, fue declarada Patrimonio mundial por la UNESCO en 1997.
Aunque lo ideal es hacer la visita por la mañana o a última hora de la tarde, llegamos hacia el medio día y tras pagar una irrisoria entrada de 20 dirhams, 2€ al cambio, realizamos un precioso paseo que comienza en la parte sur por la entrada y se dirige hacia el norte del yacimiento donde se encuentran los restos más interesantes.
El yacimiento está cuajado de casas romanas con mosaicos, de entre las cuales la más grande y bella es La Casa de Orfeo. El suelo está recubierto por un gran mosaico donde aparece Orfeo tocando el laúd a modo de encantador de animales.
El foro es, como en casi todos los yacimientos de antiguas ciudades romanas, una de las partes más expectaculares. Alguna que otra columna está ocupada por nidos de cigüeñas, algo que nos resultó de lo más curioso.
Pronto llegamos al arco de triunfo de Caracalla y al mirar através de él vemos un hermoso paisaje repleto de campos de trigo y salteados olivares. Pensamos entonces para nuestros adentros que el entorno no ha cambiado mucho. Aunque fueron los cartagineses los primeros en asentarse en esta zona, hacia el año 40 d.C se anexiona al Imperio Romano que en su afán por controlarlo todo mandó deforestar la zona y plantar trigo.
Antes de abandonar el yacimiento algunos del grupo pasan por el Centro de visitantes y museo, pero nosotros que vamos a rebufo con el pequeño no tenemos tiempo de pisarlo.
Al atardecer llegamos a Chefchaouen con la furgoneta, la perla azul de Marruecos. Es un pueblo que ya conocí hace 20 años y a mis ojos, aunque se ha vuelto muy turístico, sigue manteniendo ese encanto y autenticidad que hace que nos sintamos afortunados de visitar este precioso país. Su nombre, Chauen, «picos», hace referencia a los picos de la cordillera del Rif, bajo la cual aparece como una perla azul, como sacado de una de las historias de Scheherezade.
Nos encantó volver a pasearnos por su medina, quizá una de las más elegantes y encantadoras de Marruecos. Nos asombramos ante su reica artesanía textil y recorremos sus calles fotografiándo aquí y allá su conjunto de casitas blancas manchadas de azul: azul cielo, añil, cobalto…
Terminamos nuestra visita a Chauen de la mejor manera, tomándonos un relajante té a la menta frente a su espectacular Kasbah dentro de la cual hace 20 años disfruté de un hermoso concierto. Esta vez no dejaré pasar tanto tiempo antes de volver, lo prometo.
Si habeis llegado hasta aquí os falta algo muy importante por saber: Este viaje en furgoneta y autocaravana hasta las dunas de Marruecos, ha sido una auténtica aventura en familia. Hemos ido a lo loco, los sobresaltos y los imprevistos han sido constantes. Hemos viajado sin frenos en nuestro deseo por conocer Marruecos y nos hemos empachado de kilómetros. Todos hemos tenido que ceder en algún momento y muchas decisiones se han tomado sobre la marcha… Pero todo eso lo hemos hecho juntos y eso es lo que ha hecho tan especial este viaje.
Os apetece un segundo viaje por Marruécos? ➡ Ruta por la costa Atlántica de Marruecos
¿Quereis conocer los campigs de Marruecos? ➡ Nuestra selección de camping por Marruécos
Eskerrik asko! Por haber estado ahí, El mundo con peques , Camper van de Ruta y Bidai on
¡ Ah! Y no dejeis de visitar el canal de You Tube de nuestros amigos, para ver esta gran aventura en una genial serie de videos donde os contarán todo tal y como sucedió…
A ze bidai puxka!! Edo zuk diozun bezala, abentura!! Oso gustura irakurri degu!!
Eskerrik asko bisitagatik! Pozten nau gustura irakurri duzuela ikusteak! Ongi ibili, bikote!
Ay… Según leía vuestro relato se me venían a la cabeza las imágenes de nuestro viaje. Gracias por hacerme recordar uno de los viajes que recuerdo con un cariño especial.
¿Qué tiene Marruecos que engancha?
Marruecos engancha…¡Y un montón! Ya estamos pensando en volver el año que viene. ¡Un abrazo!
Ay ay ay, tus últimas palabras me emocionan, el relato como siempre, fantástico.
Dicen que un viaje se disfruta siempre tres veces, una cuando lo planificas o sueñas, otra cuando lo vives y por último cuando lo recuerdas. Sin duda de este viaje nos llevamos muchas muchas cosas y los recuerdos permanecerán siempre.
Una aventura así sólo podía salir bien o acabar fatal y en este caso se han creado lazos que nos llevarán a muchos otros viajes juntos.
¡Qué razón tienes en todo lo que dices Silvia! Y sí nosotros también esperamos que haya más viajes como este 🙂
Pues me tienes con la lagrimilla en el borde, llevo unos días de locos, y volver a recordar esta aventura y sobre todo leer el último párrafo me hace emocionarme de haberos conocido. De haber tenido la suerte de compartir semejante viaje. De haber formado parte… para siempre. será el Maroco a lo loco más divertido y familiar que hagamos jamás.
Eskerrik asko Oiartza por dejarnos formar parte de tu viaje. A mi aún me falta la crónica final que espero poder publicarla la semana que viene. Muxu potolo!
Eskerrik asko, Maider. Estoy segura de que este viaje sin vosotros no hubiera sido lo mismo. Un abrazo!
Muchas gracias por compartir vuestro viaje!Nosotros ya hemos visitado Marruecos un par de veces,pero este verano es la primera vez que vamos con los niños.Vuestra experiencia nos va servir de ayuda.Un saludo desde Sevilla!
Hola Loli, nos alegramos de que os sirva. Buen viaje y a disfrutar de Marruecos 🙂
Gracias por compartir este y tantos otros viajes de esta forma tan divertida.
Este es el viaje que haremos la segunda y tercera semana de septiembre, con alguna variacion, como la de hacerlo en sentido contrario. Ves alguna pega? Cres que es mejor hacerla en un sentido, o cres que es indiferente?
Hola Jabi, en este caso puede ser buena idea bajar hasta el desierto y después hacer el viaje de regreso visitando, entendiendo de este modo que el plato fuerte de este viaje es la visita al desierto. Un saludo y buena ruta!!
Zuen bidaia jarraitu genuen eta kriston bidaia izan zen… berandu idazten dizuegu (barkatu… a ze desastre garen…)
Bi furgoneta eta kotxe batean egin dugu bidaia 8 lagunek eta zuen bidaiak asko lagundu gaitu ibilbide guztian zehar. Bidaia oso berezia izan zen eta askoz bereziagoa gure azken herrian (Marraketch), zuen furgoneta ikusi eta zuekin bidaia partekatzeko aukera izan genuenean!!! Kostaldeko ibilbidea egiten ari zineten eta horri bueltaka gabiltza, ez pentsa!
Mila esker egiten duzuen bidai bakoitza partekatu eta horrela kontatzeagatik, egin ditugun guztiak oso politak izan dira, errepikatzeakoak!
Kaixo, Mai! Poza handia hartu dugu zuen hitzak irakurtzerakoan. Ederki gogoratzen dugu zuekin kanpinean pasa genuen arratsaldea. Hurrengoan kostako bidaia egin behar duzue, ederra da eta. Ongi ibili eta ea hurrengoan topatzen garen 🙂
Baii ba zihur hurrengo batean egongo garela! 😉 Fuego berria erosi bait dugu eta bagabiltza andorran barrena,zuen postean jarritako herri batzuk ere bizxitatuz;)
Muxu askoo eta laister arte !!!
Buenos dias!!!
Fantastico viaje!
Una par de Preguntas.
En que epoca fuisteis?
Que gps/navegador utilizais?
Buenas Manues, hemos ido las dos veces en Semana Santa y llevamos los puntos de visita metidos con todo el viaje programado en la aplicación Maps.me. Se puede utilizar off-line. Saludos!!
Hola, Es nuestro primer viaje a Marruecos y vamos a seguir vuestra ruta del desierto, ante todo gracias por publicarla. Veo que las dos veces que habeis estado en Marruecos habeis llegado por Algeciras – Tanger Med, es el más recomendable?, me estaba planteando Tarifa – Tanger Ville. Teneis referencias o directamente me aconsejas Tanger Med?
Gracias
Alícia
Hola, Alicia. Nosotros tenemos costumbre de realizar la ruta vía Tanger-MED, comoo muy bien dices. No conocemos la otra ruta, simplemente creo que queda más cerca de Assihla, un pequeño pueblo costero en el que nos gusta pernoctar la primera noche en nuestros viajes a Marruecos.