Cracovia entre sal y heridas es una ruta que nos lleva a visitar una de las ciudades más bellas de Polonia, pero también a realizar dos de las excursiones más típicas desde esta ciudad: las minas de sal de Wieliczka y el campo de concentración nazi de Auschwitz-Birkenau. Es una ruta agri-dulce donde las emociones están a flor de piel. Hubo Lugares que nos sorprendieron, otros que nos sacudieron y algunos que actúaron como un bálsamo… ¿Te apetece la experiencia?
REALES MINAS DE SAL DE WIELICZKA Y BOCHINIA
A cientos de metros bajo el suelo se encuentra una ciudad de sal única en el mundo, con sus propios sistemas de ventilación, alcantarillado, alumbrado y transporte…Incluso podemos encontrar capillas y salas donde podemos casarnos. Así de impresionantes son las minas de sal de Wieliczka, uno de los primeros lugares del mundo en ser inscrito en la lista de Patrimonio de la Humanidad. Hoy los polacos las enseñan orgullosos ante las caras de entusiasmo de los turistas venidos de muchos lugares. ¿Sabíais que La catedral bajo tierra, como se la conoce, cuenta con 2.400 cámaras, incluyendo varias capillas? Algunas de éstas se han esculpido para imitar las iglesias de madera tan típicas de esta región del sur de Polonia y sobre las que ya os hemos hablado en un post anterior.
Paseando por los túneles decorados con impresionantes esculturas de sal podemos casi conectar con la espiritualidad de los obreros que las realizaron, eso sí, acompañados de un guía a través de los 250 km de galerías, de las cuales solo recorremos un 1% en nuestra visita guiada . Un auténtico laberinto para el que necesitaremos de otro guía, si queremos salir de allí.
Hay grandes parkings preparados donde te invitan a aparcar, pero por poco dinero en las calles circundantes a la Rynek, plaza central del pueblo, se puede aparcar la furgo y realizar la visita a las minas. Además, la salida de las galerías queda al lado.
CRACOVIA
Cracovia, Krakow en polaco, fue en el pasado la sede de la realeza y hoy día es la ciudad más visitada de Polonia. La Ciudad Vieja se ve envuelta por un gran anillo verde de 4km, el jardín Planty, donde antiguamente se encontraban los fosos de la muralla medieval, que se desecaron en el siglo XIX. En el corazón de este gran anillo se encuentra la Rynek Glówny a donde parece que todos los caminos conducen. En el centro de la plaza se encuentra el Sukiennice, un mercado del siglo XVI, que aún sigue vivo y lleno de pustos de venta. Allí compramos uno de los pocos recuerdos materiales que nos trajímos de Polonia; una caja de madera pintada a mano por artesanos de la madera. Pero aún hay más, para los que gusten de cuadros, la segunda planta está ocupada por la Galería de Arte Polaco del siglo XIX, y bajo tierra una excavación arqueológica del antiguo mercado medieval.
En una esquina de la gran plaza, la plaza medieval más extensa de Europa, encontramos la basílica de La Virgen Santa María, si os quedais tomando un café podreis oír a la hora en punto el toque de trompeta desde su torre más alta. No os perdais una incursión a esta joya del gótico que se construyó en 1300 sobre una anterior románica. Lo más famoso es su retablo (S.XV),de estilo gótico tardío,es el más grande de Europa y fue tallado por Veit Stoss. Si queréis fotografiarlo deberéis pagar entrada y un extra para sacar fotos y después entrar por un lateral. Si tan sólo queréis admirar las coloridas bóvedas, podéis entrar por la puerta de los fieles(la principal) y sentaros a contemplar.
Para la hora de comer os dejamos nuestra propia recomendación gastronómica: el restaurante Restauracja Wisniowy Sad, situado en la calle Grodzka 33, un lugar al que se accede a través de una galería y que nos lleva a lo que en un primer momento nos pareció la sala de un hogar, con alfombra, fotos de familia y hasta una chimenea. En realidad se trata de un restaurante de cocina rusa, aunque de esto nos dimos cuenta al abrir la carta. Sea como fuere, comimos de maravilla, en un ambiente chill out, en el centro de Cracovia y por unos 25€/ tres personas.
Nuestro recorrido continúa por la calle Florianska, una bonita calle peatonal repleta de fachadas interesantes que nos conduce hasta la Puerta de San Florian, una antigua entrada a la ciudad que ha quedado de la vieja muralla medieval. Allí encontramos un ambiente encantador con media docena de puestos ambulantes de cuadros que casi empapelaban toda la pared.
La Colina de Wavel es una encantadora zona que nos reservamos para el atardecer, cuando el calor afloja y el sol cae, y regalarnos fotos de postal. Accedemos por una rampa que nos lleva directos a la catedral que la vimos solo por fuera. Mereció la pena echar un ojo al patio del castillo, cuyo subsuelo dicen que alberga sepulcros de reyes, santos, poetas y militares. Aunque lo auténticamente bonito fue pasearse y asomarse a los miradores del promontorio que nos regalaban bonitas vistas sobre el Vístula.
Nuestros últimos pasos por la ciudad nos llevan a “la caza del dragón lanzallamas” le dijímos a nuestro hijo que en Cracovia hay un dragón que echa fuego de verdad, y no nos íbamos a ir de allí sin verlo. ¿Dónde lo encontramos? Pues a los pies del castillo. Si viajais con niños no os lo perdais, se quedarán con la boca abierta 😉
Para visitar Cracovia nos instalamos en el camping Clepardia, nos pareció la opción ideal porque estaba en un arbolado, contaba con todos los servicios incluso lavadoras y secadoras y tenía pegada una piscina exterior donde pasamos las mañanas de los calurosos días en los que visitamos la ciudad. Además tiene el servicio de autobús muy cerca y se llega al centro de la ciudad en 25 minutos.
AUSCHWITZ- BIRKENAU
El campo de exterminio nazi alemán (1940-1945) Se conserva hoy día como un gran monumento a la memoria de las víctimas del crimen más grande en la historia humana y como advertencia de algo que jamás debe volver a ocurrir.
Los alemanes construyeron el campo en los terrenos de la ciudad polaca de Oswiecim, (Auschwitz en alemán) para encarcelar prisioneros políticos polacos, pero terminó convirtiéndose en el mayor campo de exterminio masivo de judios en Europa. Se calcula que aquí los nazis mataron al menos 1’1 millones de personas. Hoy día se conserva como memorial que abarca dos grandes partes del campo: Auschwitz I y Auschwitz II , donde se promueve la investigación y la educación y dada su importancia histórica está incluido en la lista de Patrimonio de la Humanidad.
Nosotros visitamos Auschwitz II, que es la zona más amplia, donde pueden verse desde el acceso de las vías del tren que transportaba a las personas, barracones e incluso hasta algunas cámaras de gas.
Es una visita que te sacude por dentro y por fuera, donde hay que estar preparado para mirar al horror de frente. En nuestra humilde opinión no es adecuada para los niños, aunque sí para adolescentes. Por eso entramos a turnos para quedarnos con nuestro hijo de 7 años. Algún día le tocará mirar al horror de frente, pero aún no ha llegado el momento.
Para la visita hay amplios aparcamientos de pago, aunque no se cobra entrada al campo. En verano cierran hacia las 20h y el momento ideal para verlo más desahogadamente es al atardecer.
Quisímos terminar esta ruta en un tono más relajado, por eso nos dirigimos a visitar dos grandes castillo: el castillo de Pszczyna y el castillo de Moszna.
CASTILLO DE PSZCZYNA
Es un castillo palaciego rodeado de un entorno muy romántico. Por un lado queda casi unido a la villa, de mismo nombre, donde una visita a su Rynek no desmerece. Por el otro, encontramos un idílico jardín de estilo romántico donde nos paseamos admirando sus flores y árboles, puentes y capillas.
Utilizamos un parking para pernoctar que queda solo separado del parque por una carretera vecinal, desde donde accedemos inmediatamente caminando.
Coordenadas: N49º 59’ 2.1” E18º 56’ 31.5”
CASTILLO DE MOSZNA, EL CASTILLO DE LA BELLA Y LA BESTIA
El lugar es grandioso, entre parque y castillo ocupan 8 mil metros cuadrados de superficie. Hay que pagar entrada para pasearse por los jardines, donde no quitamos ojo al tamaño de algunos árboles. El iNterior, como la mayoria de los castillos que hemos visitado en este viaje, alberga un hotel-restaurante, donde no entramos. El edificio, delante del cual nos coincidió una sesión fotográfica de unos novios, es de estilo barroco, con torres, gárgolas, animales fantásticos… Os proponemos un entretenido juego para los más pequeños, buscar figuras de animales. No faltarán una fiera cabeza de lobo, un jabalí, una lechuza, e incluso desde una torre el busto de la Bestia. Nosotros rebautizamos al castillo como «el castillo de La Bella y la Bestia», ¿Qué os parece?
Aparcamos en un parking del pueblo, es gratuito y que queda a unos pocos metros de la entrada.
Coordenadas: N50º 26’ 14.1” E17º 46’ 1.7”
Como veis Polonia tiene el recuerdo tan lastimado que es imposible viajar por este país sin que escueza el corazón a cada paso. La región de Malopolska y los entornos de Cracovia son buen ejemplo de ello… Pero no queremos quedarnos con un sentimiento triste, porque la historia está para ser recordada y no repetir los errores…Eso pensamos mientras abandonamos la zona para terminar nuestro gran viaje. Llegamos a nuestra última ruta…¿Nos acompañas hasta el final?
¡Me encanta leeros, bravo!
Eskerrik asko, Lierni! Y a nosotros que nos visites!